Estamos incrementando nuestros esfuerzos en todo Latinoamérica para hacer frente a las consecuencias sociales de la pobreza y la violencia. Las prácticas restaurativas proporcionan una perspectiva que resulta atractiva para muchos de los que están trabajando con el objetivo de reunir a las personas para que resuelvan sus problemas y así, transformar la naturaleza de la sociedad.

Este artículo de dos partes escrito por Joshua Wachtel discute cómo es que los individuos en Latinoamérica están implementando las prácticas restaurativas en sus organizaciones, escuelas y comunidades. La Parte uno del artículo aborda los casos de Nicaragua, Panamá y Colombia. La Parte dos habla sobre México y Perú y hace referencia al trabajo realizado en Brasil.


Video en Inglés de una entrevista con Jean Schmitz, del Instituto Latinoamericano de las prácticas de restauración.


Vídeo en español de una entrevista con Jenny Larrea Rivera, de IIRP América Latina.


Niños participando en un círculo de diálogo con la Fundación Amaneceres en Ciudad de Panamá, Panamá.Niños participando en un círculo de diálogo con la Fundación Amaneceres en Ciudad de Panamá, Panamá.

Este texto es la primera parte de un artículo que trata de cómo los individuos en América Latina están implementando las prácticas restaurativas dentro de sus organizaciones, escuelas y comunidades. La primera parte se enfoca en los esfuerzos que se están realizando en Nicaragua, Panamá y Colombia. La segunda parte [enlace] describe lo que está pasando en México y Perú y hace referencia al trabajo que se está haciendo en Brasil.

Ahora contamos con dos afiliados al IIRP en Latino América: el Centro de Prácticas Restaurativas para Centroamerica, ubicado en Costa Rica - página web: www.iirp.edu - dirigido por Miguel Tello; y el Instituto Latino Americano de Prácticas Restaurativas, ubicado en Perú - página web: www.iirp.edu - dirigido por Jean Schmitz. El IIRP está trabajando para traducir todos sus materiales de capacitación, vídeos y libros al español y portugués.

En toda América Latina, se están haciendo esfuerzos crecientes por hacer frente a las consecuencias sociales de la pobreza y la violencia. Las Prácticas Restaurativas proporcionan una perspectiva que atrae a muchos que buscan unir a las personas para resolver problemas y transformar la esencia de la sociedad.

Miguel Tello es originario de México, actualmente vive y trabaja en San José, Costa Rica. Inicialmente, el Sr. Tello se involucró con el IIRP cuando contactó al fundador del IIRP, Ted Wachtel, para obtener su permiso para traducir al español el artículo de su autoria “Justicia Restaurativa en la Vida Cotidiana” a fin de utilizarlo en una conferencia de la Confraternidad Carcelaria Internacional. Posteriormente, el Sr. Tello se capacitó con el IIRP y después se hizo capacitador de dicha organización.

Como Director Ejecutivo de la Fundación Strachan, una pequeña fundación familiar creada para promover las inversiones sociales en Latino América a través de donaciones de hasta $20,000 otorgadas a diversas ONG (Organizaciones Non Gubernamentales) en séis países, el Sr. Tello puede ofrecer capacitación en prácticas restaurativas a las organizaciones de toda la región. Hasta ahora, él y su personal han capacitado a tres organizaciones en Guatemala, dos en Panamá, una en El Salvador, una en Nicaragua y una escuela en Costa Rica. El Sr. Tello señaló, “existe una inmensa sed por las prácticas restaurativas. Cuando las personas las experimentan, quieren saber más; quieren más capacitaciones”.

El Sr. Tello está trabajando para llevar las prácticas restaurativas a las escuelas en Costa Rica y ha capacitado a los docentes y administradores de la Country Day School en San José, a la que asisten sus propios hijos. El Sr. William Large, director de la escuela primaria, dijo: “en 20 años de enseñaza, no he encontrado nada más eficaz que los círculos restaurativos para trabajar con los niños y resolver los conflictos. Es lo mejor que he visto en práctica hasta ahora”. El Sr. Large describió la exitosa resolución de un incidente de hostigamiento (bullying), usando un círculo. En otro círculo, unos estudiantes que habían estado hablando negativamente de una docente, dialogaron sinceramente con ella expresándole lo que sentían, lo que trajo como resultado una mejor relación.

En Nicaragua, el Sr. Tello capacitó al personal de AMOS Salud y Esperanza, una ONG que proporciona servicios de atención de salud primaria a las poblaciones más vulnerables y difíciles en un total de 27 comunidades rurales. Ahora, los miembros del equipo de AMOS utilizan el proceso del círculo para comunicarse entre ellos y tomar decisiones, como en el caso en que 30 personas hicieron un círculo para coordinar la logística en torno a la construcción de letrinas.

Los círculos son empleados también para abordar los conflictos dentro del equipo. Laura Parajón, Directora Médica de AMOS comenta, “Para aquellos que trabajamos en el campo y que necesitamos estrategias simples para lidiar con el conflicto en el lugar de trabajo o en la comunidad, el círculo brinda una muy buena retroalimentación; es un forma de garantizar que todos sean escuchados”. La Dra. Parajón comentó que AMOS utilizó un círculo de diálogo para ayudar a una comunidad a decidir dónde construir una escuela nueva. Un grupo quería tenerla cerca de sus casas, otro cerca de las suyas. En el círculo, los moradores utilizaron un objeto del diálogo para que todos supieran a quién le tocaba hablar.

Primero cada persona respondió a la pregunta, “¿Por qué quieren una escuela?” a fin de asegurarse de que todos estuvieran de acuerdo en que se construyera. Luego respondieron a la pregunta, “¿Por qué quieren una escuela en un sitio en lugar de otro, y cómo afecta esta decisión a los demás miembros de la comunidad?” La Dra. Parajón explicó, “Dos personas habían donado terrenos, pero uno de los terrenos estaba mejor ubicado que el otro: justo al lado de la vía principal, sobre una parcela seca y plana que no se inundaría.

El objeto del diálogo permitió a todos expresarse, lo que hizo la diferencia en esta comunidad. “Se unieron para tomar juntos una buena decisión”, señaló la Dra. Parajón. Después del proceso, ella agregó, “¡Todos en esta comunidad trabajaron conjuntamente para ayudar a construir la escuela: los ancianos, los niños, todo el mundo! ¡Antes terminar la construcción, los niños ya estaban corriendo en la escuela y con tanto entusiasmo!”

Hace dos años, el Sr. Tello capacitó al equipo de la Fundación Amaneceres, en la Ciudad de Panamá, en el uso de las prácticas restaurativas y los círculos. Esta organización sin fines de lucro maneja un centro para adolescentes que ofrece servicios académicos y psicológicos para adolescentes en riesgo y programas de teatro y otras artes en escuelas. El proceso del círculo demostró ser útil para trabajar con estudiantes con conductas desafiantes del primer al cuarto grado en un programa de teatro ofrecido después de clases en la Escuela de Fátima, ubicada en uno de los barrios más violentos del país.

Natalie Medina, Directora de la Fundación Amaneceres, afirmó que ellos esperaban que las clases de teatro mantendrían a los estudiantes ocupados y los ayudaría a mejorar su comportamiento, pero los estudiantes se peleaban y se golpeaban y se dedicaban a perder el tiempo de tal manera que el personal se dio cuenta que necesitaban algo más. Así que empezaron a emplear los círculos y un objeto del diálogo en los talleres de teatro.

Si en la actividad de teatro los estudiantes exteriorizan diferentes emociones, durante el círculo el docente les pregunta, “¿Por qué estamos contentos?” y “¿Qué nos entristece?” Los estudiantes usan un objeto del diálogo así que solamente una persona habla a la vez.

La escuela invita semanalmente a los padres a la clase para que participen en los círculos. Los temas del círculo incluyen, “Mencione una buena cualidad de su hijo o de tus padres”, “¿Cuáles son las cualidades de un niño feliz?” y “Describe el barrio de tus sueños”. Esta última pregunta induce respuestas emocionales porque los asesinatos y la actividad de pandillaje son muy prevalentes en la región. Los padres aprenden también a cómo usar los círculos en casa, y los niños construyen “objetos del diálogo familiares”.

La Fundación Amaneceres emplea también los círculos en sus programas con los jóvenes en riesgo. Un adolescente pasó una semana en la cárcel por hurto en una tienda. Después de que el adolescente fue liberado, el personal organizó un círculo con él, su madre y hermana (el chico no conoce a su padre). El joven habló sobre su experiencia en la cárcel, y la madre y hermana tuvieron la oportunidad de decirle lo que ellas mismas sintieron con esto.

La Señorita Medina relata que la Fundación Amaneceres también emplea los círculos para fortalecer el trabajo en equipo. Estos círculos ayudan a resolver los conflictos entre los miembros del personal, procurando un espacio donde las cosas difíciles pueden ser expresadas en un entorno seguro. Cuando ingresa personal nuevo, se realiza un círculo para integrarlos dentro de la comunidad, y cuando alguien se va, se recurre a un círculo para despedirse.

El Colegio Nuevo Granada, un centro escolar primario y secundario de Bogotá, Colombia, ha implementado prácticas restaurativas en todos los grados.

Clara Cock, una madre de familia que apoya a la escuela, dijo que cuando retornó a Colombia en el 2003 después de vivir seis años afuera, se sintió consternada al ver como habían cambiado las cosas. “No eran solamente las cosas que uno lee en los periódicos. La gente había comenzado a ser muy dura con los otros, y esto fue especialmente evidente para mí entre los niños”, dijo la Sra. Cock. Ella y un grupo de padres que regresaron al país más o menos al mismo tiempo compartieron esta percepción, y comenzaron a trabajar juntos para descubrir de que manera podían ponerle fin al hostigamiento en la escuela.

En el 2007, durante un seminario universitario, la Sra. Cock y sus colegas oyeron una presentación de un grupo de canadienses que estaban usando “algo llamado prácticas restaurativas (PR)” en sus escuelas y que dijeron que las prácticas restaurativas eran “el camino a seguir.” En el 2008, la Sra. Cock y Mimi Gonzáles, la psicóloga de la escuela participaron en una capacitación en el IIRP en Bethlehem, Pensilvania. Posteriormente en el 2009, los capacitadores del IIRP fueron a Colombia para capacitar a la comunidad escolar. Realizaron también una “capacitación de capacitadores” de modo que los miembros de la comunidad escolar pudieran formar ellos mismos a otros miembros de la comunidad escolar.

Desde entonces, la escuela ha capacitado a la totalidad de su personal, la administración del centro educativo, el cuerpo estudiantil y a 600 padres. La Sra. Cock señaló, “Al comienzo había una falta de comprensión sobre que lo que eran las prácticas restaurativas. Algunas personas pensaban que esta filosofía significaba permitir que las malas conductas siguieran sin ser castigadas. Era muy difícil hacer entender a la gente que se trataba de cambiar nuestra forma de relacionarnos unos con otros, no solamente lidiar con situaciones difíciles. Algunos profesores han adoptado esta disciplina eficazmente. La han introducido en su forma diaria de enseñanzar, aplicándola tanto en los asuntos emocionales como en los académicos”.

“Tuvimos un caso notorio de hostigamiento cibernético (cyberbullying) que pudimos resolver muy bien”, dijo la Sra. Cock, agregando, “Trajimos a todos las familias y a los niños implicados. Los niños fueron muy abiertos y tuvieron una excelente discusión sobre por qué el hostigamiento cibernético no era aceptable. Todas las cosas horribles que habían dicho sobre este niño, estaban tan avergonzados de encararlo, y de que sus padres lo escucharan. Finalmente, se pudo arreglar la relación con el niño que sufrió el daño.

Después, el niño afectado pudo hablar sobre lo que había sucedido con el resto de la escuela. Los otros niños fueron informados sobre lo que había pasado, lo que sintieron los niños involucrados, lo que estaban haciendo para arreglarlo, y cómo estaban reparando el daño que habían causado”.

La Licenciada Gonzáles, la psicóloga de la escuela, explicó que las prácticas restaurativas generan conexiones duraderas. Habló sobre el uso de los círculos durante una clase de orientación a sexto grado. Los alumnos respondieron a preguntas tales como, “¿Qué hicieron este fin de semana? ¿Quién necesita de alguna ayuda? ¿Quién quisiera recibir o dar apoyo?” “Esto fue hace dos años”, dijo la Licenciada Gonzáles. “Ahora los alumnos están en el octavo grado, pero siguen viniendo a mi para hablar sobre sus problemas o contarme lo que está pasando. Los círculos crearon un sentido de pertenencia”.

“Ha sido tan poderoso”, explica la Licenciada Gonzáles. “Todo lo que nos enseñaron [sobre las prácticas restaurativas] funciona aquí porque se trata de personas. No importa la edad o la situación, es para las personas y viene de las personas. Nos ayuda a dar el mensaje de que nos importan los demás, y que esperamos que a todos les importen también. No puedo imaginarnos sin las prácticas restaurativas. No sé cómo hicimos antes. No se cómo serían las cosas sin ellas”.

Para ver la página web del Centro de Prácticas Restaurativas para Centroamerica vaya a: www.iirp.edu. Para ver la página web del Instituto Latino Americano de Prácticas Restaurativas, vaya a: www.iirp.edu.

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